martes, 12 de julio de 2011


Ante la indiferencia generalizada de los habitantes de la ciudad y de sus autoridades
El Lago de Maracaibo en vías de convertirse en un nauseabundo depósito de aguas “servidas”


Por: Ernesto Morales


El Lago de Maracaibo y las viviendas de los que lo habitaban, construidas sobre estacas, llevaron a los colonizadores a llamar a esta parte de Nuestra América, Venezuela. En la mente afiebrada de estos aventureros los palafitos les hacían recordar las construcciones de la Venecia que algunos de ellos conocían. La historia oficial dice que el nombre con la que la bautizaron, quería decir “pequeña Venecia”, aunque para mí el sufijo “ela” tiene otra connotación.

Quinientos años después Nuestro Lago de Maracaibo está a punto de convertirse en un gigantesco estercolero, como lo es en la actualidad la Laguna de Venecia.

Venecia, pertenece al primer mundo, al mundo desarrollado, gracias a lo que se robaron en sus tiempos de conquistadores (no muy distantes), tradicionalmente nos han superado en desarrollo tecnológico y militar, nosotros habitantes del tercer mundo, siempre hemos sido presas del eurocentrismo, hasta para la contaminación.
Pues sí, estamos empeñados en convertir a nuestro lago en un inmenso y maloliente depósito de aguas residuales (negras, cloacales, caldo de mierda etc.) Vertidos industriales, principalmente de la industria petrolera y petroquímica, pesticidas, plásticos, animales muertos…y para completar agua salada. Dentro de pocos años nuestro Lago será como es actualmente la Laguna de Venecia, agua muerta, agua puerca, maloliente, aguas pútridas… ¡Venecia apesta!


Volviendo a nuestro Lago de Maracaibo, hace menos de 100 años, era un gran reservorio de agua dulce. Sus aguas eran usadas por los vecinos para lavar la ropa, regar las plantas y hasta para beber, a medida que fue creciendo la ciudad, dejo de ser apta para el consumo humano. Lo peor vino con la explotación petrolera, para facilitar la entrada y salida de los grandes tanqueros comenzaron a dragar la barra de Maracaibo, a profundizar el canal de navegación, este trabajo estuvo a cargo de la Marina de los Estados Unidos de Norte América, para las compañías petroleras, y comenzó la salinización del Coquivacoa, a este elemento contaminante pronto se le sumaron los derrames petroleros, las fugas de gas, los químicos que impunemente tiraban al lago desde los taladros, gabarras y demás embarcaciones de las empresas transnacionales que operaban en el Zulia. La población de la Cuenca del Lago siguió creciendo, y cada vez mas aguas servidas caían en su lecho, la totalidad de las aguas cloacales de los estados Mérida y Trujillo drenaban en el Lago (y aún lo hacen), y una parte del Táchira y de Colombia vía Rio Catatumbo.
Pero esos ríos no descargaban solamente aguas cloacales, también traía y traen, restos de pesticidas, jabón, basura (hasta los 80. Una parte de la basura de Mérida la tiraban al rio), toda esa inmundicia venía a dar a nuestro Lago (y sigue llegando).





Las cañadas, en el pasado reciente, eran quebradas estacionales, que tenían cause durante la época de lluvias, eran solamente eso, riachuelos cuando llovía…Pero en un año que no recuerdo, ni quiero recordar, se le ocurrió a un “brillante “Ingeniero sanitario, del antiguo INOS, hoy Hidrológica del Lago, usar los causes de la “cañadas” para colocar las cloacas de la ciudad en crecimiento, se ahorraron un dinero que seguramente fue a parar a sus bolsillos, y lo que alguna vez fueron ríos en la época lluviosa, se convirtieron en ríos permanentes de excrementos ante la total indiferencia de la población, de los habitantes, de los no-ciudadanos, de todos los estratos sociales, desde la Academia, hasta los obreros.
La única voz de protesta, fue eso, la voz de de los poetas, de los gaiteros, de los ambientalistas y ahí quedo todo.
Años después, en los 80, se dio inicio a un ambicioso plan de construcción de Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas, se dio un cambio de gobierno y se paralizo no solamente la construcción, sino el mantenimiento, a finales 90 se retomo la construcción de las plantas norte y sur, siendo la más importante de ellas el R.A.S. El sistema de Reutilización de Aguas Servidas, esta Planta trata parte de las aguas residuales del Norte de la Ciudad y las envía a la Petroquímica.

No solamente es construir, ¿qué pasa con las plantas de La Cañada de Urdaneta, de La Rita, del Mojan? Para solamente nombrar algunas.

¿Cuántas plantas de tratamiento de aguas residuales se han construido en los estados andinos?
¿Hasta cuándo seguiremos viendo el triste y maloliente espectáculo de las cloacas abiertas que cruzan nuestra ciudad?

Algunos aspectos complementarios al problema de las cloacas abiertas, el Terminal de pasajeros de Maracaibo es el único que se conoce por su olor (está al lado de la Cañada Morillo), La Cañada Morillo para nuestros lectores de otros lares, es nuestro Guaire, lo que ocurre es que son varios Guaires que cruzan a Maracaibo, como resultado de esta convivencia forzada con las heces, hemos desarrollado “indiferencia fecal”, en otras palabras los que viven en las riberas de estos ríos de aguas negras, nacen, se reproducen y mueren sin que les moleste ni les cause repulsión el olor de estos aguas pestilentes.


He aquí otro reto para las autoridades de todos los niveles de gobierno de nuestro estado: Retomar los planes de saneamiento y descontaminación de nuestro otrora gran reservorio de agua dulce, no hay excusa que valga, o se ponen de acuerdo…o se ponen de acuerdo!
Estamos seguros, los dolientes del Coquivacoa, que aún estamos a tiempo de iniciar su rescate, esperamos que esto ocurra antes que sea demasiado tarde.

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