Alí Gómez García "ALICATE"

Por: Fernando Berroterán

El 08 de Mayo de 1985, cae en Ciudad Sandino, Nicaragua el capitán Alí Gómez García, quien desde comienzos de la década de los sesenta destaca en sus cualidades como revolucionario en la parroquia La Vega de Caracas, participando y dirigiendo actividades reivindicativas de este sector popular, compartiendo actividades entre otros con el sacerdote Francisco Witack.

“Alicate”, fungió además como militante del Partido de la Revolución Venezolana (PRV), y activista por la construcción de un mundo de igualdad y por la liberación verdadera de los explotados de nuestra patria. Durante el año 1968 se incorpora a la lucha Armada en las Unidades Tácticas de Combate de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional PRV-FALN.

En plena época de reflujo de la lucha armada en Venezuela, se integra como soldado internacionalista en el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, FSLN, cumpliendo funciones como combatiente durante el año 1978 en el Frente Norte Carlos Fonseca Amador y posteriormente es trasladado a la columna del Frente Sur Benjamín Celedón, con la que entra en Managua el 19 de Julio de 1979.

Tras el triunfo de la Revolución Sandinista, pasa a formar parte de la nueva Policía Sandinista, en 1980 es incorporado a la Dirección de Seguridad de Estado como responsable en el departamento de Masaya, y finalmente, miembro de las Fuerzas Especiales Pablo Ubeda del Ministerio del Interior, que realiza acciones en defensa de la revolución, la cual se veía amenazada por las fuerzas de la contra, estructurada, armada y dirigida por el imperio norteamericano, en cuyas funciones llega a destacarse y en las que durante una de las misiones encomendadas ofrece el mayor sacrificio que todo verdadero revolucionario puede entregar, su vida.

El camarada Alí Gómez García recibe el ascenso post-mortem al grado de Capitán de las Tropas Especiales. Como revolucionario integral, se destacó en el combate, pero también nos legó sus poemas y dos libros de gran valor, Las “Falsas, maliciosas y escandalosas reflexiones de un ñangara”, que obtuvo el premio Casa de las Américas como testimonio, y “Francisco de Miranda peregrino de la libertad”.